Anti Robin

Uno de los primeros libros que leí en mi infancia o primera adolescencia era de aquellos que intercalaban hojas de texto con otras de viñetas de dibujos donde también se narraba la historia, en los que muchos de mi generación se aficionaron a la lectura. En el se narraba las aventuras de Robin Hood, que  en los dibujos, sorprendentemente, tenía un gran parecido con el actor que lo encarnó en Hollywood.

Ese buen bandido, oculto en el bosque de Sherwood, luchaba contra la tiranía del usurpador del trono, el rey Juan y a sus nobles los desposeía de parte de sus bienes para repartirlos entre los necesitados, así nos lo contaban, era una forma, no demasiado ortodoxa, de redistribuir la riqueza, a modo de la moderna sociedad del bienestar.

Será por la llamada “ley del péndulo”, pero en estos convulsos tiempos que estamos viviendo nos encontramos con que el Estado Español está haciendo todo lo contrario y nuestra Agencia Tributaria persigue rentas no declaradas de menos de 1000 Euros a trabajadores a los que le abonaron atrasos y que no figuraban en el borrador que el mismo Ministerio de Hacienda les proporcionó. En contraposición se anuncia a bombo y platillo una amplia amnistía fiscal para los grandes evasores de impuestos y de capital con la vana pretensión que así aflorarán atesoramientos escondidos. A la par se acaba de aprobar un “repago” de los fármacos que afectará a trabajadores y especialmente a pensionistas que por motivos de edad y salud consumen muchos más productos farmacéuticos.

 Nos encontramos, pues, ante una suerte de Anti-Robin Hood (ya sabeis,  aquel que robaba a los ricos para dárselo a los pobres).

 ¡Cuanto han cambiado los tiempos!

Un abrazo a todos