miércoles, 12 de junio de 2013

¿Que tal tiempo hace?

El tiempo siempre ha sido un tema muy recurrente cuando no hay nada de qué hablar, ha servido para romper esa atmósfera densa que se crea cuando nos vemos obligados a invadir el espacio físico del otro: el ascensor, el autobús y en alguna  otra ocasión que en este momento se resiste a mi memoria.

El motivo es posible que sea el mismo, no tengo nada optimista que decir y por eso os tengo que hablar del tiempo o la climatología, que diríamos finamente.

Hay un eufemismo que con mucha frecuencia hemos visto y oído en los medios y este es “deslocalización” sobre todo referido a esas empresas que pasan sus cuentas por el salón de maquillaje y de la noche a la mañana cogen sus arreos y utillaje y si instalan en países con sistemas de trabajo próximos a la esclavitud dejando tras sí a cientos de familias en paro, habiéndose embolsado, en muchos casos, cuantiosas subvenciones y exenciones pagadas por esos mismos que deja desamparados. Pues al tiempo en España le pasa lo mismo, “se ha deslocalizado”, me voy a explicar, antes, igual que ahora, en invierno hacía frío y en verano calor y había algunas excepciones, como ahora, en las que en primavera o verano hacía más frío de lo normal y en otoño o invierno hacía más calor de lo que el calendario mandaba.

Pues si ahora hace frío en invierno este es “siberiano” o “polar”, según los casos, y si hace calor en verano este es “sahariano” en todos los casos. En otras palabras, que el tiempo, quizá contagiado por el ambiente que vivimos, también se ha mostrado como un sinvergüenza y este “decrecimiento” o CRISIS nos ha dejado hasta sin tiempo propio, esperemos que no tengamos que pagar aranceles.

¡Uff! Al fin llego a este párrafo, es que no tenía nada que decir… …  Ya, ya se abre la puerta del ascensor …. … …


Vamos, que ni hablar del tiempo os salva de que os trasmita mi pesimismo.


viernes, 8 de febrero de 2013

Ángulos y direcciones


En este país nuestro, que se llama España, como alguno apostillará, los bares son el parlamento del pueblo llano donde no existen la disciplina de partido ni obediencia de voto  y allí creemos ver que detrás de cada uno de nosotros está escondido un hábil político o un gran economista de los que tanto estamos necesitados en este momento.

En una conversación ajena pude escuchar cómo se hacía un análisis somero de la situación que atravesamos y en la que un contertulio recomendaba un giro de 360º que inmediatamente fue corregido por su interlocutor argumentando que entonces quedaría mirando exactamente en la misma dirección y que lo que realmente necesitaba el país era un cambio de dirección de 180º, una vez hecho esto la conversación entre ambos siguió sin mayor discordia tocando los temas que nos preocupan a todos: el paro, el uso torticero de la política, la corrupción, los desahucios, las prebendas, la justicia, las diferencias de trato, los bancos, la Merkel, Europa etc. etc.

No intervine en ningún momento, pero mientras ojeaba el periódico seguí con mis cavilaciones, dándome cuenta que un giro de 180º sería desandar todo lo andado, que es mucho para un estado que hace cuatro décadas estaba sumido en el subdesarrollo, con una tasa de paro altísima y un nivel de subempleo enorme sobre todo en el sector agrícola y ganadero donde aún había pastores y labradores que no tenían sueldo y sacaban a sus familias adelante con unas pocas cabezas de ganado o unas tierras que sus patronos les dejaban cuidar para sí. En fin, que los antecesores en los puestos que ocupan los políticos actuales han sido capaces de poner en marcha una Constitución, el Estatuto de los Trabajadores, Ley Orgánica de Libertad Sindical y un largo etcétera que han hecho posible que haya habido una democracia real en España y que hayamos sido reconocidos en el exterior por las diversas Organizaciones internacionales.

Lo que ha ido ocurriendo gradualmente es que la política se ha considerado como “Motus Vivendi”, y mucha gente se ha servido de ella como un medio para medrar, y los partidos políticos se han hecho con los medios de control del estado, y a su vez las grandes corporaciones financieras se han hecho con el control de los partidos. Vamos, que como dirían nuestros abuelos: “hemos puesto a las gallinas al cuidado de la zorra”.

 Por todo esto que ya sabéis y yo os cuento, necesitamos un cambio de rumbo de 45º o a lo sumo de 90º y que el ciudadano de a pié tome el timón de la vida pública haciendo por iniciativa popular los cambios que sean necesarios en nuestra Constitución y demás leyes, olvidándonos ya de  bipartidismos alternos en el poder y de mayorías absolutas, que más parecen absolutismos, que facilitan la impunidad de unos pocos en detrimento de muchos, todo ello del modo más pacífico posible. Así será.


Un saludo amigos.