El
tiempo siempre ha sido un tema muy recurrente cuando no hay nada de qué hablar,
ha servido para romper esa atmósfera densa que se crea cuando nos vemos
obligados a invadir el espacio físico del otro: el ascensor, el autobús y en
alguna otra ocasión que en este momento
se resiste a mi memoria.
El
motivo es posible que sea el mismo, no tengo nada optimista que decir y por eso
os tengo que hablar del tiempo o la climatología, que diríamos finamente.
Hay
un eufemismo que con mucha frecuencia hemos visto y oído en los medios y este
es “deslocalización” sobre todo
referido a esas empresas que pasan sus cuentas por el salón de maquillaje y de
la noche a la mañana cogen sus arreos y utillaje y si instalan en países con
sistemas de trabajo próximos a la esclavitud dejando tras sí a cientos de
familias en paro, habiéndose embolsado, en muchos casos, cuantiosas
subvenciones y exenciones pagadas por esos mismos que deja desamparados. Pues
al tiempo en España le pasa lo mismo, “se ha deslocalizado”, me voy a explicar,
antes, igual que ahora, en invierno hacía frío y en verano calor y había
algunas excepciones, como ahora, en las que en primavera o verano hacía más
frío de lo normal y en otoño o invierno hacía más calor de lo que el calendario
mandaba.
Pues
si ahora hace frío en invierno este es “siberiano” o “polar”, según los casos,
y si hace calor en verano este es “sahariano” en todos los casos. En otras
palabras, que el tiempo, quizá contagiado por el ambiente que vivimos, también
se ha mostrado como un sinvergüenza y este “decrecimiento” o CRISIS nos ha
dejado hasta sin tiempo propio, esperemos que no tengamos que pagar aranceles.
¡Uff!
Al fin llego a este párrafo, es que no tenía nada que decir… … Ya, ya se abre la puerta del ascensor …. … …
Vamos,
que ni hablar del tiempo os salva de que os trasmita mi pesimismo.
Me alegra encontrarte de nuevo por estos lares. Se echaban de menos tus comentarios. Al menos, como decía el poeta, "nos queda la palabra"...
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